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Lo que aprendí de Britt-Marie y el viaje a lo desconocido.
Como ya saben, estos meses han sido raros, duros y, hasta cierto punto, irrepetibles. Viviendo meses de enfatizar en lo irrepetible que son los momentos, porque nunca pensé estar aquí y tampoco pienso regresar. Me cuesta mucho aceptar que, eventualmente, eso que me está buscando me encontrará.
Estoy segura de que esa convicción me llevará más lejos que cualquier motivación que intente encontrar en este preciso instante. Pero qué difícil enfatizar lo mismo día tras día. “Todo va a estar bien”, me repito constantemente, mientras intento suprimir cada pensamiento destructivo y negativo que llega.
Mi sentir estas semanas me llevó a revisitar una de las novelas que se ha convertido en favorita y hasta en una lectura necesaria. “Britt-Marie estuvo aquí“, de Fredrik Backman, navega la vida de una mujer que intenta reinventarse luego de años de matrimonio ejerciendo su “rol tradicional” como esposa y madre de familia. Ella se ve obligada a explorar sus pasiones y aprender a vivir una nueva realidad que nunca había contemplado. Relatable, huh? “No fue que Britt-Marie optara por no tener expectativas, simplemente se levantó una mañana y se dio cuenta de que era demasiado tarde para tenerlas.” Fría y aterrorizada quedé después de leer esto. ¿Te imaginas?
Qué duras palabras para internalizar y ¡qué preocupantes! Normalizamos ese hecho de cumplir con responsabilidades y olvidarnos de lo que queremos para nuestra vida. Como bien dice la novela, te despiertas un día y dejas de perseguir tus sueños. Es una lectura muy bonita, con un final abierto. Finalmente, Britt-Marie debe decidir si regresa con su esposo o si se va a explorar el mundo como deseó toda su vida. Tiene la opción de regresar al lugar que siempre se sintió familiar para ella. ¿La hacía feliz? Quizás sí, quizás no, pero era conocido y aunque tal vez no hayan constantes sorpresas buenas, tampoco malas. ¿Acaso era esto lo que Britt-Marie valoraba más? Yo creo que está en nosotros decidir. A mí me gustaría pensar que Britt-Marie apostó por lo nuevo y desconocido. Me gustaría creer que tomó impulso para crecer y evolucionar. Al final del día, ¿no es eso lo que perseguimos en la vida? Una consistente pero evolutiva versión de nosotros que cambia conforme aprendemos y le damos peso a lo que en efecto nos importa y nos hace felices.
¿Y tú? Si tuvieras que escoger… ¿Qué harías si fueras Britt-Marie? ¿Regresas y repites? ¿O te cansas y te vas? Ya a estas alturas debes conocer mi opinión, pero igual voto por que te vayas, nos vayamos.
-A.