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Eres lo suficiente para construir la vida que mereces.
Una estampa clásica del famoso síndrome del impostor.
Han sido unos meses difíciles y de mucha incertidumbre navegando el desempleo. Meses de dudar sobre lo que hago, lo que sé y lo que los demás piensan de mí. Y por alguna extraña razón, esta última duda cobró más peso conforme seguían pasando las semanas y no encontraba trabajo.
Lloraba pensando que nada de lo que había logrado en mi vida sería suficiente para compensarme por haberme fallado. Y si bien en ese momento pensé que estaba fallándome, lo que realmente hice fue salvarme. Sin darme cuenta, estaba rescatando lo que quedaba de mí, de circunstancias que me hacían sentir mal conmigo misma y que, por algún motivo, siempre perseguía. ¿Te has puesto a pensar en eso? Llevo muchos días haciéndolo. Tomando las mismas decisiones, aceptando los mismos tratos y no queriéndome lo suficiente. ¿Qué estaba esperando?
Después de muchas entrevistas sin fruto y toda la frustración que esto trae consigo, me di cuenta de que genuinamente nunca me interesó ninguna de esas plazas. Me aterra estar encerrada en un cubículo y vivir en la monotonía de la vida corporativa y tradicional a la que solíamos estar condicionados. Pero eso fue lo que estudiamos y nos toca, supongo. ¿O no? Quizá este es el momento perfecto para atreverme a hacer todo lo que nunca me atreví.
Y eso es exactamente lo que hago hoy con esta publicación. Todo el tiempo libre del mundo me dio la motivación para volver a cultivar mis conocimientos y perseguir mis pasiones. Visité todos los doctores y terminé todo lo que había dejado para después. Retomé mis pasatiempos, busqué ayuda, estudié, lloré, rogué y sobretodo… estiré el chicle de lo que fue mi último “guiso”. ¿Hice lo correcto? ¿Debí hacer lo seguro y estable por primera vez en mi vida? Aún no lo sé, pero sé que merezco lo que quiero. Perseguir mis sueños y vivir de lo que quiero hacer nunca estuvo en mis planes, hasta ahora.
Uno de esos sueños que no desaparece por completo es el de poder vivir de escribir. Siempre me apasionó, pero el tiempo pasa y la vida cambia. Uno deja de dedicarle tiempo a lo que quiere por hacer lo que “debe”, entonces se nos pasan los años. Así que, aquí estoy. Escribiendo desde la experiencia y rogando que alguien se sienta identificado.
Si estás en la ola de encontrarte y recuperarte, ¡felicidades! Nos cuesta mucho aceptar que nunca es tarde, que tenemos tiempo y que lo merecemos. Merecemos vivir la vida que soñamos.
Let’s get it!
-A.